¿Qué diferencia hay entre una hipoteca a tipo fijo y una de tipo variable?

Cuando nos compramos una vivienda nos preguntamos siempre que tipo de hipoteca nos interesará más. Pero, ¿sabemos qué tipo de hipotecas hay y en qué se diferencian?

Existen varios tipos de hipotecas:

  • Hipoteca fija. Esta nos asegura estabilidad y tranquilidad ya que su tipo de interés es fijo, es decir, se mantiene constante durante todo el plazo, independientemente de los cambios externos.
  • Hipoteca variable. A diferencia de la fija, y como su propio nombre indica, su interés va variando cada año o cada 6 meses. Esto dependerá sobre todo del índice de referencia, principalmente el euríbor.
  • Hipoteca mixta. Con esta hipoteca tendrás unos intereses fijos en los primeros años y unos intereses variables el tiempo restante.

Podemos ver que la principal diferencia son los intereses. Tendemos que considerar nuestra situación y la del mercado financiero para elegir el tipo de hipoteca nos conviene más.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene la hipoteca de tipo fijo?

Una de las principales ventajas que tienen las hipotecas de tipo fijo es la estabilidad que supone conocer las cuotas, los intereses y el valor total de tu hipoteca en todo momento.

Además, proporciona seguridad para tu economía ya que no depende de los cambios externos en la economía nacional e internacional, es decir, si sube o baja el euríbor o el índice de referencia, no te afecta.

En cuanto a los inconvenientes, los intereses tienen unas cuotas caras, sobre todo al principio, los bancos las encarecen para dar más visibilidad a sus hipotecas variables.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene la hipoteca de tipo variable?

Las ventajas de la hipoteca de tipo variable las comisiones y los intereses bajos que tiene al inicio y su largo periodo de amortización, es posible contratar una hipoteca de tipo variable de hasta 40 años.

Pero al depender de las subidas y bajadas de la economía externa, tus intereses varían, es decir, si el euríbor o el índice de referencia suben, tus intereses serán mayores y viceversa, lo que te supone una inestabilidad económica.

¿Qué pasa con las hipotecas mixtas?

Las hipotecas de tipo mixto no suelen ser una buena opción en determinados casos. Al iniciar con unos intereses fijos, no podrás aprovecharte cuando el euríbor se cotiza bajo y, con los años, los intereses variables no te dan estabilidad, incluso podrían aumentar en el momento del cambio.

Pero pueden ser convenientes si:

  • Quieres acortar el plazo. Amortizar el capital para que, en el momento del cambio a tipo variable, quede menos dinero por pagar y no te afecten tanto las subidas del euríbor.
  • Empezar con una cuota estable. Cuando necesitas una estabilidad inicial, podrás alargarlo hasta 10 años y los intereses serán incluso menores que con las hipotecas a tipo fijo con plazos más largos.

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